Eres mi visita número

miércoles, 18 de abril de 2012

Senbonzakura Kageyoshi.

Los pétalos de cerezo bailan alrededor del cielo frío de primavera.

Mirase por donde mirase solo encontraba aquellos hermosos árboles de flores aún más hermosas. Era como si quisieran decirme algo. No estaba despierta, eso lo podía notar, pero tampoco me encontraba dormida. 
Blanco y rosa por todas partes, recordaba a mi mundo interno. Era mi mundo interno. De ahí que no supiera si estaba soñando o no, siempre me había sentido confusa.
Parecía que estaba sola en el lugar, pero tenía compañía. Estaba él. No entendía qué hacía aquí, en mi sitio privado, dónde sólo yo conseguía entrar. Dónde vivía ella. Me miró a través de sus ojos marrones intentado descubrir algo que sólo él sabía qué era. Siempre parecía hacer lo mismo. Me puse nerviosa. Siempre me había puesto nerviosa, pero esta vez aún más. Tal vez porque era la primera vez que estábamos solos. Sin nadie a nuestro alrededor.
Era una despedida. Yo lo sabía, él también.
Ninguno de los dos hablamos durante un largo rato, se acercó a uno de los cerezos y cogió una flor en su mano. Yo le observé como paralizada. Sonrió, tal vez acordándose de algo, tal vez para mi. No pregunté. Más que nada porque las palabras no me salían, se habían quedado atascadas en mi garganta. 
Recordé que últimamente me evitaba, solamente me miraba como con tristeza, como alejándose poco a poco de mi. Aunque la verdad era que siempre me había mirado de esa forma, excepto en dos o tres ocasiones cuando me sonreía, y me acababa de dar cuenta de ello. Me sentí peor de lo que ya estaba.
Él soltó la flor del árbol y vino hacía mi. Estaba nervioso, se lo pude en sus ojos. Me tendió la flor rosa, y yo la cogí. Era un regalo de despedida.
A continuación, me dio la espalda, marchándose. Pero yo le detuve cogiéndole del brazo. No quería que se fuera, no quería que me evitase, me dolía cuando lo hacía, aunque nunca se lo había confesado. Siempre había pensado que él no debía saber nada, porque sabía que de un modo u otro le iba a doler, como a mi me dolía cuando no me dirigía la palabra, cuando evitaba toparse con mis ojos, o cuando apartaba la vista cuando yo le miraba. No me gustaba que la gente supiera de mis sentimientos, y menos él. Aunque sabía que él no era como los demás chicos de su edad. Me había acogido sin preguntarme nada al respecto, me había invitado a ser su amiga sin querer saber de qué le conocía. Él era la única persona que me había hablado sin mirarme mal, sin creer que estaba loca. Y ahora no iba a volver a verle. No iba a volver a oírle reír, ni hablar. Era la última vez que le podía decir todo lo que nunca me había atrevido decirle, y no estaba dispuesta a dejarle escapar.
Quería decirle que por él había comenzado a escuchar a su grupo favorito, que había sido gracias a él que no me sentía sola, que él era la única persona que me había aceptado por como era a la primera, que siempre que me hablaba había conseguido arrancarme una sonrisa aunque no siempre visible, que cuando me hablaba mi corazón latía con demasiada fuerza, que no podía quitarme sus ojos de la cabeza, ni el sonido de su voz, que era una de las pocas personas que me comprendía. Quería decirle que le quería, que incluso le amaba. 
Pero cuando me miró todo lo que le quería decir se fue de mi mente, como si nunca antes hubieran estado en mi cabeza.
Sonrió de medio lado, me quitó un mechón de pelo de la cara con cariño, cogió mi mano que le había agarrado el brazo y mirándome a los ojos me susurró:
- Te amo.
Y desapareció para siempre de mi lado.

Dear God the only thing I ask of you is to hold him when I'm not around, when I'm much too far away... We all need that person who can be true to you but I left him when I found him and now I wish I'd stayed... ’Cause I'm lonely and I'm tired... I'm missing you again oh no...
Once again

1 comentario:

Organdí. dijo...

Muy sincero, doloroso y hermoso. A la vez imaginado y real... haces que me lo crea. Me gusta que hayas podido conseguir eso con palabras.

Un besazo... azo... azo!! :)