Eres mi visita número

jueves, 7 de junio de 2012

Hoshikatta kotae wa ima ima... (La respuesta que deseo es ahora, ahora...)

Nokori Kaze by Ikimono Gakari on Grooveshark

Sabes que no puedo regresar
He caminado siguiendo un sendero de lágrimas derramadas
La verdad es que estoy consternada por el mañana que podré ver
Esas palabras están por todos lados, de pronto quisiera creer en algo
Secretamente, juro que nos volveremos a ver algún día
Antes de darme cuenta, estaba buscando aquellas huellas que ya no puedo ver
¿Dónde? ¿Dónde estan esos días que una vez perdí?
Un hermoso florecer ha ennoblecido la flor de mi vida, que arde en mi corazón
El viento que permanece no se detiene, como si lamentara que ese día fluya en el mañana
Percatándome de que estoy creciendo y próxima a desaparecer, flotando todos los días
He destruido un yo incierto, y tranquilamente cierro mis ojos
Aún con el coraje de saber que mi lamento se aleja, quiero ver el sol del mañana
Realmente creo que puedo vivir con plenitud a partir de ahora
Salgo de ahí, del lugar donde he encontrado mis miedos
¿Dónde? ¿Dónde estás?
Lo que sigo buscando es este corazón, me sigo aferrando a la brisa cálida de primavera
Las lágrimas que fluyen van desapareciendo, y yo con un simple soplido de viento
Fluyen a través de ti
No puedo ver el suave viento desde las alturas, pero
En cierta manera lo siento
¿Has intentado decirme algo? ¿He intentado decirte algo yo?
La respuesta que deseo es ahora, ahora...
En mi corazón veo que ya llegó el momento y puedo ir como siempre he sido
El eco se va con las ilusiones luminosas, abrazando la distancia

"El timbre de la puerta volvió a sonar. Ya era la segunda vez que ocurría ese día y yo comenzaba a hartarme de que el vecino de al lado me molestase para cosas banales, así que antes de abrir la puerta me puse a gritar:
- Ya te he dicho que no tengo... -no terminé la frase. Pues, al final, no era el vecino. 
Me observó detrás de sus ojos medio cerrados y con una sonrisa en sus labios, como siempre había sido su costumbre. Yo no pude moverme, pues me había sorprendido verle ahí.
- ¿Puedo pasar o nos vamos a quedar a vivir en la entrada? -preguntó abriendo los ojos. Pocas veces los abría, y eso era lo que al principio me había hecho tenerle miedo.
Asentí sin saber qué decirle. Mientras en mi cerebro, mi otra parte decía su nombre en bajo.
Cerré la puerta todavía algo paralizada. Volvía a verle, después de tantos años, y lo único que conseguía hacer era mirarle, seguramente, con cara de pasmada. Noté su presencia moviéndose a mi lado, solía ser silencioso pero yo siempre le había sentido cuando estábamos en una misma habitación, aunque yo estuviera con los ojos cerrados, o como en ese momento dándole la espalda.
En seguida me acordé que había soñado, una vez ya muy lejana, con ese día. Nunca pensé que iba a ser tan tarde cuando el sueño se convirtiese en realidad. Pero no me importó en un principio, estaba ahí y eso era lo que importaba.
- ¿Por qué no te das la vuelta? -oí su pregunta al rozarme con sus labios mi oreja, mas cuando me di la vuelta, ya no estaba ahí-. ¿Te acuerdas de nuestra primera pelea?
- No... -murmuré.
La verdad era que sí. ¿Cómo no acordarme de que ese día nos besamos por primera vez?
- Mientes -dijo simplemente antes de besarme. Noté cómo mi respiración se disparaba, y supe que ya estaba perdida, que ya no iba a poder separarme de él aunque lo intentase. 
Mi otra parte, que no hacía más que repetir "mío", se había despertado y apoderado de mis sentidos. Él siempre la despertaba por una extraña razón. Yo solo pude cerrar los ojos para disfrutar del beso y de todo lo demás...
Lo había conseguido, había conseguido que los sentimientos que una vez habían existido volvieran a aparecer en una extraña y oscura parte de mi corazón, y ya no había vuelta atrás.
- ¿Por qué has venido? -quise saber mirándole a los ojos.
- ¿Acaso no es obvio?
Intentó besarme, pero yo aparté mi cara para mirar a la ventana de mi habitación. Sabía que la respuesta estaba en ese beso que yo no le había dejado darme, pero necesitaba una respuesta verbal, quería oírle decírmelo con palabras, y no dejando que el beso respondiese por él. Quería que me respondiese de verdad, quería saber que haría cualquier cosa por mantenerme segura, antes de tirarlo todo por la borda e irme a ese mundo que alguna vez me había prometido.
Pareció entenderlo porque asintió. Antes de hablar me quitó un mechón de pelo y me lo colocó en la oreja con el cariño que poco le caracterizaba pero que siempre, o al menos casi siempre, había mostrado conmigo. Éramos tan parecidos... Él escondía su parte cariñosa y yo mi parte malvada.
- He venido para llevarte conmigo a Las Noches. Él te protegerá si yo se lo pido.
- ¿Pero Aizen sigue sin saber nada?
Negó con la cabeza. Quería matar a su "jefe" y yo lo sabía, y había acabado por no intentar detenerle. Sabía que no iba a cambiar sus planes por mucho que yo le dijera que no lo hiciera.
- Le prometí a tu padre que te protegería, Judith, y mantengo esa promesa.
Le miré a los ojos y sonreí de medio lado, no le dije lo que pensaba. Él por su parte consiguió darme ese beso que antes no había podido. Yo no me aparté, ya me había dicho la razón de su viaje a Finlandia, ahora lo que necesitaba era ese beso.
- Te amo.
Rodeé su cuello con mis brazos y le besé de nuevo. Había vuelto a romper la promesa que él le había hecho a mi padre, pero no me importó."

Era  algo que llevaba un tiempo queriendo escribir pero que nunca lo había hecho. Sí, fue una de aquellas veces que lo único que hacía era ver capítulos de Bleach. En realidad el relato consta de unos cuantos capítulos desperdigados en mis pen-drives o tarjetas de memoria. Este momento nunca lo había escrito, y anoche me vino la idea a la cabeza. Creé un personaje, Judith (que casi siempre sale en mis relatos) y la situé en el mundo de los "muertos" donde viven unos curiosos personajes llamados Shihigamis haciéndola uno de ellos, quien se enamora sin poder evitarlo de uno de los chicos malos Gin (el personaje misterioso). Me parece que escribí demasiado... ¡PUES ESO!

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