Eres mi visita número

jueves, 22 de septiembre de 2011

Strange Lovers

Buscando el interruptor de la luz siempre me hago daño en el pie. Eso es porque soy idiota. (***) ¿Algo que me de miedo? Bueno, hay cosas que hasta a un idiota les de miedo. Un idiota tiene miedo de que se rían de él, de su infancia, de sus sueños, de sus cosas más queridas. Y también tiene miedo de que les mientan. No me gusta que me mientan. Un idiota subestima al miedo porque es honesto con si mismo. Los idiotas sólo son personas que subestiman sus deseos. Cuando tienen hambre, comen. Cuando quieren leer, cogen un libro. Cuando lloran, buscan consuelo. Soy el tipo de idiota con todos esos deseos y esos miedos. Y estoy orgulloso de ser un idiota.

Me volví a enganchar a Death Note, y he recordado lo mucho que me gustaba L. No solo porque a todo el mundo le gusta el personaje, más bien por cómo es. Siempre me han gustado los tipos raros, que actúan de un modo distinto a los demás, que hacen lo que les es más normal, lo que creen que deben hacer en todo momento, o como él dice: los idiotas.
Esos que dicen lo que piensan sin importarles lo que digan los demás de ellos. Que no tienen miedo a mostrarse cómo son, que no se ocultan detrás de las apariencias y, ¿por qué no decirlo? Los que están un poco locos, o los que los demás llaman locos. Me gustan los diferentes.
Tal vez porque yo también soy así es por lo que me siento atraída por personajes estilo a L.
Personajes que son como son y se muestran al mundo sin máscaras. Personajes auténticos, no los típicos pan sin sal que lo único que saben es sonreír y asentir como idiotas.
Definitivamente, creo que si algún día me llego a enamorar de alguien debería de hacerlo de un L. de carne y hueso. No de dibujos manga.

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