Soñando que me hablaba y me agarraba a sus cuerdas vocales.
Suena a ruina y a coñac, suena a ganas de llorar. Solo quiero que me quieran, como tú como todo el mundo. A la altura del perejil se han quedado todos mis sueños. Si encarta soledad, pues soledad para el saco. Si eres piedra, seré pedregoso camino. Y de su mano llegas tú, con tu pelo como el betún, como un piropo bien tirado...
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