Eres mi visita número

miércoles, 19 de mayo de 2010

Soledad.



Quedarme sentada en la oscuridad de mi cuarto... Llorar hasta que mis ojos me duelan... Escuchar canciones lentas de cualquier buen grupo de música mientras pienso en lo desgraciada y aburrida que es mi vida todavía no se ha acabado... No se han acabado esas noches y días en los que me siento morir a nada malo que me pasa... No parecen querer acabar ya de una vez, siempre vuelven esos momentos en los que me siento la persona más sola y aburrida del planeta... Pensar en los ratos alegres pasados con los amigos y familia, pensar en todo lo bueno que me ha pasado, que para mi desgracia es menos que lo malo de mi vida, me hace dar cuenta de lo sola que me encuentro en este mundo que no parece querer que siga en él...
A veces necesito que alguien interrumpa mi silencio, alguien lejos de la voz de ese cantante que me vuelve loca tan solo con su voz, deseo que, o mi madre, mi padre o mi hermano, abran la puerta de mi habitación y me hagan sonreír, gritar... cualquier cosa que me haga distraerme de lo que estaba haciendo... pero siempre que lo deseo nunca ocurre, y me siento aún más sola... aunque oiga sus voces más o menos alegres en la habitación de al lado... me siento sola... sola en un mundo, en una vida, que me parece un sueño que no está hecho para mí... no merezco al mundo... no merezco ni siquiera vivir... Y, es entonces, cuando esa voz se hace más fuerte en mi cabeza, esa voz que tira hacia arriba y me hace salir de la tristeza y de la soledad... esa voz que a veces desearía que no existiera, esa voz que hace que luego de pensar en su desaparición me haga desear escucharla aún más fuerte en mi cabeza, en todo mi cuerpo, y que me haga sangrar los oídos hasta que lo último que escuche sea esa voz...

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